viernes, 22 de octubre de 2010

Holy crap. La situación fue más o menos así.

—Permiso, profesora. Necesitaría que vinieran unos minutos L, E y S.
S no vino. Está enferma.
—Bueno, vengan ustedes dos.
(...)
—Les presento a X.
—Hola, chicos. Necesitamos que interpreten a una australiana que vino a dar una conferencia sobre medio ambiente.
—Ehhhh... ¿Cuándo?
—Ya. Ahora mismo. Están abajo.
—Ehhhhhhhh... Ok... Medio ambiente...
—Sí.
—¿Al español?
—Sí.
—¿Consecutiva?
—Sí.
—Ok, llevamos para tomar notas entonces...
M también es buena en interpretación.
—Ok, ahora la llamo.
—¿Podemos hablar antes con la australiana?
—Para acostumbrarnos a su acento...
—Para saber de qué va a hablar...
—Sí, supongo que sí.
—Y para pedirle que haga las pausas seguido...
(...)
—Perooo... Nosotros no estudiamos interpretación. ¡Estudiamos traducción! No somos intérpretes.
—Pero están en cuarto año, ¿no? Y saben inglés...
—...... (!?)
—Con que digan la idea general basta. No tiene que ser una traducción literal.
—...... (!?!?)
—Bueno, ahora relájense, no se pongan nerviosos, que nosotras estamos acá con ustedes.
—...... (!?!?!?)
—Vamos yendo.
(...)

Llegamos al auditorio y estaba repleto. Holy crap. Pero, por fortuna, a nadie le dio un infarto. No tuvimos que interpretar nada. Ya había empezado la conferencia y, por lo visto, ya habían conseguido a alguien que interpretara: una señora balbuceaba algunas cosas en español sentada al lado de la famosa australiana. Volvimos a clase. End of story.

Nos temblaron las patas al principio, sí. Más que nada porque fue todo muy sorpresivo e inminente. Y uno, a punto de recibirse, a dos semanas de terminar las clases, se vuelve todo responsable y serio y adulto y quiere hacer las cosas bien. Y tras cursar (solamente) una materia de interpretación, adquiere noción de lo difícil que es la tarea del intérprete (BIEN hecha, claro). Y no, de repente lo sacan de su clase de Análisis del Discurso y tiene que ir a dar la cara y hacer de cuenta que tiene basto entrenamiento en interpretación y guitarrear frente a una audiencia sobre... bueno, sin saber sobre qué.

—Medio ambiente. Es re amplio. Mirá si sale con algún... clorhidrato de potasio o algo así... Si nos hubieran avisado antes, hubiéramos podido prepararnos un poco...
—JAJAJAJAJA... Sí, pero bueno. Al menos la experiencia nos sirvió para aprender a enfrentar los nervios y controlarlos... y no morir en el intento.

Nos temblaron las patas, sí. Pero, a decir verdad, al final nos quedamos con las ganas de hacerlo. Hubiera sido genial y, conociéndonos a los tres (y siempre y cuando no se tornara excesivamente técnica la conferencia), tan mal no nos hubiera ido :)
 

1 comentario:

NatmillaFiori dijo...

Eeeeessaaa, linda casi-aventura :)
Imagino los nervios...
Y te regalo inventar un nitrito de loquesea!