viernes, 14 de enero de 2011

Aceptar que el mundo no es una permanente maravilla, pero que siendo el único que hay es, por lo tanto, el mejor posible, y que lo mismo sucede con quienes nos rodean... Ésa es la pendiente más abrupta que nos toca escalar...
 

2 comentarios:

Agustín dijo...

Es perfectible el mundo, mi amigo.

Anónimo dijo...

Es lo que hay.