Felicidad desmedida. Imposible de creer. Se terminó. Me fue mejor de lo que esperaba en Interpretación y el brunch en el pasillo fue un éxito. Se prendieron todos los cursos. Hasta los profesores se coparon con la consigna de los sOmbrEros loCos. Y algunos de los que no pudieron venir hoy, nos mandaron sus emotivos saludos por e-mail. Silvia se pasó con su texto que nos leyó en el medio del festejo. Roxana (predeciblemente) se emocionó hasta las lágrimas. Por primera vez en la historia de los brunch del traductorado, vinieron las autoridades (¡hasta el rector!) y nos felicitaron. Sacamos miles de fotos. Cantamos boludeces. Hicimos el ridículo y no nos importó. Sé que los voy a extrañar horriblemente, pero hoy rebalso de alegría. Se culmina un ciclo. Un logro inmenso. Ya está. No room for melancholy. Not today.
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